viernes, 9 de abril de 2010

COMO DICE MI ABUELA "¡CON EL CLERO HEMOS TOPAO!"

     Lo primero y más importante es dar las gracias a l@s que vais pasando por este pequeño espacio tan personal y especialmente a l@s que además dejáis un comentario ¡me hace tanta ilusión! Eso me anima a seguir, muchísimas gracias. Y ahora… al lío.

     En la primavera del año pasado envié dos cartas más al Diario del Altoaragón o como lo llama mi amiga Patricia al Tebeo. Ambas relacionadas con mis colegas del clero. Iremos primero a la segunda de ellas enviada un 5 de Mayo en contestación a Don Olegario Viñuales que intentó engañarnos vilmente dejando de hablar con claridad en su escrito publicado a finales de Abril. Cuando la leí me dejó un regustillo a duda y sentí que me estaban intentando vender la moto así que buscando en varios diarios digitales encontré la noticia y días después lancé otro grito esta vez entonando un NO SOMOS IDIOTAS. Me abracé al sarcasmo en el título, lanzando con ese cebo la caña con la que seguro atraería al pececillo a leer mi carta. Este tipo no había sido del todo sincero y eso debía de saberse. La noticia es la que es. Luego están las opiniones, todas ellas respetables pero esconder tantos datos perturba gravemente la información del suceso.

     La carta de Mayo (la última que si no recuerdo mal me queda por mostraos) no estuvo motivada por ninguna otra anterior. España y su reforma de la ley del aborto estaban de plena actualidad y fueron muchos los motivos que me llevaron a dar ese grito. Se lanzó aquella campaña del lince ibérico  (que al final resultó ser euroasiático) por parte de los “man in black”, las asociaciones pro-vida no daban tregua y en cada edición de noticias tenían su espacio, la semana santa quiso ser utilizada como campaña antiabortista, en fin demasiada información contraria a mi propio pensamiento. No estoy en contra de que nadie se manifieste a favor de su ideología, siempre dentro de un marco legal, pero es que no entiendo que nuestra iglesia se meta en política. Da la sensación de que la derecha no puede sola y por este tipo de cosas es por las que el pueblo acaba haciendo la asociación “derecha-iglesia-retrógrados”. Es solo una valoración pero creo que mientras la derecha de este país no se suelte de la mano de Antonio María Rouco Varela nunca van a dar la sensación de avanzar, cosa que a mí personalmente me la trae al pairo y mucho. Lo que no consigo comprender es por qué narices no se hicieron estas manifestaciones durante los 8 años de gobierno popular exigiendo la retirada de la ley, o por qué el mismo gobierno no la retiró con su mayoría absoluta si tan en contra estaban, total un abuso más un abuso menos…

     El título original era “Curas, linces y mujeres al borde de un ataque de nervios” quiero pensar que les pareció muy largo y lo acortaron eso si matando la esencia del mismo, pero la carta fue publicada a pesar de ser un poco más subida de tono que las anteriores.

     Sigue habiendo muchas opiniones publicadas respecto al tema aborto, en alguna ocasión sentí ganas de contestar pero sería más de lo mismo. En este tema no hay medias tintas que valgan. Hasta que al “señor” José Ramón Gil le llegó la inspiración…y me tocó el alma. Pero eso será para otro día que por hoy ya no puedo continuar. De nuevo un placer teneos aquí, en la próxima entrada veremos y analizaré la carta censurada y quizá os adelante la última que prepare para el Tebeo, si es que la quieren publicar claro.

Besos a todos y a portarse bien este finde que os estoy viendo. ¡Gritad!

miércoles, 7 de abril de 2010

El PRISMA AVERIADO DE DOÑA CONCHA

     Doña Conchita del Moral fue la causa que me llevó a gritar por tercera vez aunque en esta entrada mostraré las dos ocasiones en las que le contesté a sendas publicaciones también por la vía del periódico.

     Leí su carta el 26 de Febrero del pasado año mientras almorzaba en el bar de todos los días y fue la primera de las muchas que luego me dejaron una horrible sensación en el estómago de hecho cuando hablo de ellas con amigos suelo decirles “era una de esas cartas que luego las llevas todo el día en la tripa”. Le contesté dos días después. Hoy me doy cuenta de que las cartas que escribí contestando a Doña Concha me salieron como de carrerilla, sin ningún tipo de esfuerzo, juraría que ni siquiera las retoqué. Mientras en la web su carta recibía 6 votos con una valoración de una estrella sobre 5, la redactada por estas manos obtuvo 20 votos alcanzando los 4.5 sobre 5. El sentido común se había inclinado hacia el pensamiento más razonable. No esperaba respuesta y no llegó.

     Esta pobre mujer, porque no hay otro modo educado de llamarla escribió en varias ocasiones a lo largo de varios meses y aún hoy sigue ejerciendo su derecho (a ella no se le veta) posicionándose claramente hacia el lado católico más cercano a lo irracional, suponiendo que exista un lado racional del que personalmente no tengo constancia. Sentí la tentación en alguna ocasión de rebatirle pero no encontré substancia suficiente en sus escritos que me empujara a exponer mi visión sobre sus temas ya que en sus opiniones no me sentía herida ni creí que pudiesen hacer daño a nadie más allá de la oposición de pensamiento.

     Y llegó por fin de su mano siete meses después otra de esas cartas que luego las llevas todo el día en la tripa aunque en este caso fue más una frase la que se me hincó entre cardias y píloro, cuanto daño pueden hacer tan pocas palabras, hasta que solté mi escrito y me liberé.

     Así me siento cuando contesto a determinados pseudocerebros de esta ciudad, no necesito ver publicada la carta, la liberación es anterior. Llega cuando lo suelto todo, la miro, la leo, la modifico, la releo y la envío a un selecto grupo de familiares y amigos que voy alternando para no cansar demasiado y recibir distintos puntos de vista. Entonces respiro, me dejo caer contra el respaldo y pienso, ya pasó. Ha de pasar una noche para enviarla a la dirección del Diario Altoaragón. El sueño resetea mis emociones de forma renovadora y almacena lo aprendido durante el día con cuidado de hacer una copia de seguridad para no perderlo nunca. Entonces, al dia siguiente, vuelvo a abrir el archivo y la analizo con un sentimiento diferente al del día anterior, más como lectora que como quien la escribe, las últimas pinceladas y "a por ellos".

     Con la publicación llega el orgullo, y el saber que el mensaje está llegando una vez más al receptor haciendo cómplices del enfrentamiento dialéctico y emocional a un puñado de lectores. Deduzco pues de todo esto que la censura de la última carta me produce rabia por un lado y una herida en mi orgullo por otro. No he podido llegar al receptor porque el mensaje que yo envié se ha encontrado con mucho ruido de por medio y me doy cuenta de que en gran parte no estaba en mi mano hacerlo llegar. Decepcionante.

    Volviendo a la pobre Doña Concha y a su prisma averiado a través del cual cree ver el mundo solo queda decir que volví a arrasar en cuanto a votación y puntuaciones. Puedo parecer competitiva de hecho lo soy, no me gusta perder, lo llevo mal, así que hago grandes esfuerzos para ganar. Y este blog es otro de ellos. He perdido un insignificante enfrentamiento, no por ello menos importante para mi, pero no van a callar mi boca porque ellos decidan que no "pueden" publicar mis opiniones. Ya me las publico yo solita, gracias, soy autodidacta, autosuficiente y autocojones así que ala, a engañar a otro bobo que conmigo se acabó la fiesta.

     Espero no aburriros, os dejo hasta otra nueva entrada. Besos a todos y no dejéis de gritar, el mundo necesita oíros y yo también.

martes, 6 de abril de 2010

CORTO ROMANCE

      Recuerdo la primera carta que escribí hace más de dos años al Diario del Altoargón. Una queja. Nada ha cambiado al respecto desde entonces, yo diría que incluso ha empeorado. Por supuesto no esperaba cambiar absolutamente nada con aquel escrito, si pasado un mes se hubiesen tomado las medidas oportunas por parte del Excelentísimo me hubiera presentado a Presidenta del Gobierno empujada por mi altísimo poder de persuasión. Pero alguien debía poner voz al sentimiento de los vecinos que yo percibía día tras día y me di cuenta de que éramos pocos los capaces de dar ese pequeño paso y reivindicar nuestros derechos como ciudadanos contribuyentes a engrosar las arcas municipales, así que me decidí a hacerlo. A pesar de recibir tan solo 3 votos en la Web de la publicación, todos ellos con un repocker de puntuación, fueron muchas las muestras de apoyo y agradecimiento en el contacto humano con mis vecinos de calle. Me sentí orgullosa de lo que había hecho. Para mi era una novedad. La publicaron un domingo, la leí en la edición impresa con una ilusión desbordante, ¡qué tonta! Incluso escuché días después detrás del Olimpia a un matrimonio que pasaba por allí y ella decía "una tal Zamora firmaba". Había conseguido cerrar el círculo de la comunicación, el mensaje había llegado de manera comprensible al receptor. Objetivo cumplido.

     Tardé más de dos años en sentir la necesidad de gritar de nuevo. Sin saberlo esta segunda carta marcaría el punto en el que me encuentro ahora mismo. Hoy creo este espacio porque no se ha publicado la última carta que envié. He pedido explicaciones al periódico y resumiendo me han dicho que no es el medio apropiado para cargar contra una persona en particular. Además según ellos insulto al "caballero" al que va dirigida. A mi mente a venido como un rayo esta segunda carta que envié hace más de un año y que entonces si publicaron a pesar de cargar también contra una persona en concreto además a nivel puramente personal porque nos conocemos bastante y en la que la tacho de poco profesional.  La titulé Imagen de Empresa  para desviar el ataque por otros decorados y aclararé "off de record" que el problema que esta viejoven tiene conmigo no es otro que el abandono sufrido por parte de su pareja tras 11 años de relación para venir a arrimarse a mi calorcito humano que intuyo es mucho mas confortable que el que ella sea capaz de ofrecer a nadie. Fue un duelo personal en toda regla.

     No puedo entender que se permita cargar contra una empleada de mercadona sea cual sea el motivo del ataque y cuando se trata de un tal José Ramón Gil no se le pueda decir la verdad más visceral. No lo comprendo. Lo entendería si no hubiesen publicado esa segunda carta. ¿Censura? ¿Huesca? ¿Que coño pasa aquí? Escribiré una última carta al Diario, no merece la pena perder más el tiempo. Ha sido un corto romance el vivido con la sección de Opinión, pero como toda historia de amor cuando se ahogan las voces de la libertad de uno de los amantes se debe ser realista y dejar de querer. No todos tenemos los mismos derechos, no pensé que esto pudiese suceder a nivel local pero sí, toma bofetada. Yo me bajo.

     Volviendo al hilo de esa segunda carta, obtuve respuesta días después, evidentemente no por su parte ya que sé que su capacidad para expresar de modo coherente su postura dista mucho de tener un aspecto inteligible pero si por parte del encargado del mercadona donde trabaja. Caso omiso. Primero porque es falso lo que en ella se dice y quien me conozca sabe que no me gusta reírme de la gente y ridiculizar a nadie en público de forma gratuita, y mucho menos en su puesto de trabajo, apuesto por el respeto. Si fuese como ellos proclaman no hubiese sido tan elegante y le hubiera montado el pollo en el lugar del incidente cosa que se aleja mucho de mi elegancia y poco de la suya.

     Bueno para primera entrada ya está bien (demasiado tiempo sentada para mis dolencias) siento no poder continuar. Cuando termine de poneros al día colgaré la carta censurada y entonces comenzará la verdadera razón de ser de este blog, seguir gritando sin censura, publicando opiniones sin miramientos y al que no le guste que le den.  Un beso a todos los que hayáis pasado por aquí. No dejéis de gritar.