Recuerdo la primera carta que escribí hace más de dos años al Diario del Altoargón. Una queja. Nada ha cambiado al respecto desde entonces, yo diría que incluso ha empeorado. Por supuesto no esperaba cambiar absolutamente nada con aquel escrito, si pasado un mes se hubiesen tomado las medidas oportunas por parte del Excelentísimo me hubiera presentado a Presidenta del Gobierno empujada por mi altísimo poder de persuasión. Pero alguien debía poner voz al sentimiento de los vecinos que yo percibía día tras día y me di cuenta de que éramos pocos los capaces de dar ese pequeño paso y reivindicar nuestros derechos como ciudadanos contribuyentes a engrosar las arcas municipales, así que me decidí a hacerlo. A pesar de recibir tan solo 3 votos en la Web de la publicación, todos ellos con un repocker de puntuación, fueron muchas las muestras de apoyo y agradecimiento en el contacto humano con mis vecinos de calle. Me sentí orgullosa de lo que había hecho. Para mi era una novedad. La publicaron un domingo, la leí en la edición impresa con una ilusión desbordante, ¡qué tonta! Incluso escuché días después detrás del Olimpia a un matrimonio que pasaba por allí y ella decía "una tal Zamora firmaba". Había conseguido cerrar el círculo de la comunicación, el mensaje había llegado de manera comprensible al receptor. Objetivo cumplido.
Tardé más de dos años en sentir la necesidad de gritar de nuevo. Sin saberlo esta segunda carta marcaría el punto en el que me encuentro ahora mismo. Hoy creo este espacio porque no se ha publicado la última carta que envié. He pedido explicaciones al periódico y resumiendo me han dicho que no es el medio apropiado para cargar contra una persona en particular. Además según ellos insulto al "caballero" al que va dirigida. A mi mente a venido como un rayo esta segunda carta que envié hace más de un año y que entonces si publicaron a pesar de cargar también contra una persona en concreto además a nivel puramente personal porque nos conocemos bastante y en la que la tacho de poco profesional. La titulé Imagen de Empresa para desviar el ataque por otros decorados y aclararé "off de record" que el problema que esta viejoven tiene conmigo no es otro que el abandono sufrido por parte de su pareja tras 11 años de relación para venir a arrimarse a mi calorcito humano que intuyo es mucho mas confortable que el que ella sea capaz de ofrecer a nadie. Fue un duelo personal en toda regla.
No puedo entender que se permita cargar contra una empleada de mercadona sea cual sea el motivo del ataque y cuando se trata de un tal José Ramón Gil no se le pueda decir la verdad más visceral. No lo comprendo. Lo entendería si no hubiesen publicado esa segunda carta. ¿Censura? ¿Huesca? ¿Que coño pasa aquí? Escribiré una última carta al Diario, no merece la pena perder más el tiempo. Ha sido un corto romance el vivido con la sección de Opinión, pero como toda historia de amor cuando se ahogan las voces de la libertad de uno de los amantes se debe ser realista y dejar de querer. No todos tenemos los mismos derechos, no pensé que esto pudiese suceder a nivel local pero sí, toma bofetada. Yo me bajo.
Volviendo al hilo de esa segunda carta, obtuve respuesta días después, evidentemente no por su parte ya que sé que su capacidad para expresar de modo coherente su postura dista mucho de tener un aspecto inteligible pero si por parte del encargado del mercadona donde trabaja. Caso omiso. Primero porque es falso lo que en ella se dice y quien me conozca sabe que no me gusta reírme de la gente y ridiculizar a nadie en público de forma gratuita, y mucho menos en su puesto de trabajo, apuesto por el respeto. Si fuese como ellos proclaman no hubiese sido tan elegante y le hubiera montado el pollo en el lugar del incidente cosa que se aleja mucho de mi elegancia y poco de la suya.
soy lorien.impresionante.sigue asi!!!
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